Cuídala, porque es tu aliada en la vida.
Nunca olvides que esa mujer que duerme a tu lado no está ahí por casualidad.
Ella eligió estar contigo, aunque pudo quedarse en la comodidad de su casa, con su familia, con su apellido intacto. Pero decidió apostar por una historia en común, por un hogar que construyeron desde cero, con esfuerzos, con discusiones, con reconciliaciones, con planes que a veces salieron mal y con sueños y metas que todavía siguen en pie.
Ella es la única que estará cuando todos los demás fallen.
La que te acompaña cuando no haya fiesta.
La que permanece cuando la vida te ponga de rodillas y no quede nada más que sostenerse del amor que comparten.
Es quien se seca las lágrimas en silencio para no preocuparte, quien debe estar fuerte para que tú no te derrumbes.
Por eso, no la descuides perdiendo tiempo en un celular viendo cosas que dañan tu relación o dejándola fuera de tus planes.
Mejor hazla sentir querida, aunque la rutina te consuma. Escúchala cuando hable, abrazala incluso cuando no te lo pida, hazle saber que todo su amor y esfuerzo no pasan desapercibidos.
Porque cuando una mujer se siente amada, todo lo que toca florece.
Ama a quien te ama primero.
Cuida sin esperar nada.
Hazle saber que ella es muy importante en tu vida.
Si lees esto, es porque todos necesitamos recordar lo valiosa que es una esposa.
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