El verdadero perdón



¿Qué pasaría si, por cuestiones de la vida, nos encontráramos en una de las situaciones más complicadas, como enfrentarnos a la mismísima muerte? ¿A quién llamaríamos? ¿Y qué le diríamos?


Lo cierto es que muchas personas en todo el mundo esperan hasta su último suspiro para pedir perdón. El ser humano es así: se fija en las imperfecciones de los demás y deja pasar días y años enteros sin resolver situaciones pendientes.


Sin embargo, vale la pena detenernos unos segundos a reflexionar. La gran mayoría de los resentimientos provienen, sencillamente, de malos entendidos. Muchas veces las personas hacen algo sin intención de lastimarnos, pero lo interpretamos de manera diferente.


Es crucial aprender a distinguir estas situaciones y ayudarnos a nosotros mismos. Recordemos que el tiempo no regresa y que debemos aprovechar cada segundo para disfrutarlo con nuestros seres queridos. Si dejamos pasar los días sin disculparnos o sin haber perdonado, lo único que lograremos será complicar más las cosas.


Además, es importante comprender que el momento es ahora. Decir que queremos, que valoramos, que extrañamos, que amamos o pedir perdón nunca tendrá sentido frente a una tumba.

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