De pequeño mi abuela, a quien yo solía llamarle mamá, me decía siempre que en la vida las cosas son pasajeras. Y aunque tenía razón en muchas cosas, pero quizá en esta no estuvo tan acertada en sus ideas.
Es cierto que el amor no es un sueño ni un cuento de hadas. En la vida real no existe ese relato fantástico del bello príncipe azul que llega en un hermoso carruaje a salvar a su princesa; o aquella princesa que con su amor y su unión salva a todo un pueblo y gana la felicidad teniendo descendientes tan bellos como ella. La vida real es diferente.
El amor verdadero es sufrido y debe ser muy paciente y es que realmente son tantas las cosas que pueden pasarle, e incluso agobiarlo, pero cuando es verdadero es fuerte y siempre sale victorioso.
Aunque no exista el príncipe azul, o la princesa de cuentos de hagas, cuando uno siente amor se esfuerza por ver de esa manera a esa persona especial, y créeme que eso te hará muy feliz.
¿Que por qué no tenía razón mi abuela? Porque hay cosas que si son duraderas. El amor, por ejemplo, si lo cuidas bien pues durará toda la vida.
Yo puedo decir con toda la seguridad que soy inmensamente feliz y afortunado por tener a mi lado a una gran persona, por tener a mi lado al verdadero amor. Juntos nos construimos en la vida y nos apoyamos mutuamente en todo y eso es lo más sano en cualquier relación.
Estoy completamente seguro de que este es un amor bonito, sincero, significativo, grande e infinito, o para resumirlo en una sola frase, es un amor "PARA SIEMPRE"
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